Puede ser así de sencillo: agua tibia con un poco de detergente es suficiente para limpiar superficies de material plástico. Para ello, utilice un paño de microfibra. Si es adecuado, se lo indicará una mirada al embalaje. Humedezca bien el paño antes de pasarlo por los frentes. En caso de suciedad persistente, puede usar alcohol etílico corriente. Sin embargo, pruébelo antes en un lugar poco visible.

Tampoco los frentes con laca y laminado deben limpiarse nunca en seco. Nos referimos aquí a nuestras superficies de laca auténtica o laca UV, laminado de vidrio o laca, así como a nuestros frentes de cemento y metal con materiales originales, ya que estos están sellados con una capa de laca. En este caso, el producto recomendado son limpiadores especiales para frentes de cocina, ¡pero nunca limpiacristales!

Ya sea brillante o mate: utilice un limpiador para vidrio o neutro en combinación con una esponja suave o un paño (de cuero). En cristales satinados, la grasa y el aceite pueden dejar manchas con efecto de sombra. Si el limpiador para vidrio no surte efecto, pruebe con un producto de marca para placas vitrocerámicas que no sea demasiado abrasivo. También una esponja limpiadora húmeda ayuda si se frota suavemente con poca presión sobre el vidrio.

Nuestras encimeras tienen una superficie resistente de laminado. Sin embargo, cocinar regularmente deja huellas con el tiempo. Limpie utilizando un paño de microfibra, agua y detergente lavavajillas. Las manchas más persistentes pueden eliminarse utilizando una esponja mágica – alternativamente humedecida con limpiadores de cocina especiales – aplicando una suave presión. Sin embargo, siempre debe proceder en superficies amplias. De lo contrario, la superficie tratada destacará visualmente, ya que la esponja mágica alcanza también las profundidades de la superficie estructurada.